“Mi padre era un piloto de combate en la Fuerza Aérea y cuando era pequeña había días en que me llevaba a la base aérea donde yo podía ver despegar, volar y aterrizar aviones a reacción. Aunque me daban auriculares protectores, para mí el sonido de aquellos aviones seguía siendo increiblemente fuerte y tremendamente intenso. Podía sentir el enorme estruendo y el temblor del suelo migrando por todo mi cuerpo. Me ponía súper excitada y acelerada. Me encantaba ese ruido y la sensación física y creo que esa experiencia es la que ha marcado mi agenda, mi gusto y mi punto de vista sobre los sonidos y la música en general.”
